de Sergio Caneva

No vengan a visitarme
cuando la parca amenace
ni traigan en su bagaje
piedad y consolación.
¡Vengan hoy! Con el atuendo
de crear nuevos momentos
que nos quitarán aliento
y afianzaran el amor
No vengan a visitarme
cuando ya nos los precise
solo he venido a este mundo
y solito me he de ir
Iré tejiendo mis días
despacito sin apuro,
sí en la madeja aún hay nudos
trataré de desunir.
No vengan a visitarme,
porque ya será muy tarde,
es cuando el leño arde
que la carne hay que salar.
Y sellarla a fuego lento,
con abrazos y empatía,
momentos que algún día
me ayudaran a vivir.
No esperar a que cenizas,
queden solo de mis leños,
para apiadarse en silencio
sin disfrutar del festín.
De nada sirve que vengan a consolarte, o se apiaden los que te rodean. Si cuando estabas en la plenitud de la vida, de compartir, de disfrutar juntos los momentos, pudiendo hacerlo no lo hicieron.