He tomado el autobús equivocado
la silla incorrecta.
He visto a la persona inusual que hizo acordarme de ti
llevaba tu misma camisa de líneas grises
el mismo espantoso corte de cabello
la barba descuidada
y atrevo a decir un perfume casi parecido al tuyo.
Él estaba ahí, a mi lado
y quise tomar sus manos
besar sus labios pálidos
recostarme en sus hombros
y hacer el amor en frente de todos.
Mi cuerpo empezó a temblar
sudaba a mares
con mi lengua humedeciendo los sedientos labios.
Apenada organicé mi falda para irme
me sonreíste y sonreí yo también.
Bajamos en la misma estación
te despediste dulcemente,
atontada quedé mirando hacia la nada
hasta que comenzó a llover.
Caminé a casa con las manos sudorosas
con la ropa mojada
y las ganas a cien por hora.
Esta noche llamaré a un amigo
no será él, ni tampoco el chico del autobús
pero es mi cuerpo
serán mis orgasmos
mis gemidos
quien esté al otro lado de la cama, ya no importa.
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